“También tiene que ver con el rol de los padres, pues muchos no están pendientes de sus hijos, no ponen límites en su casa o maltratan a los menores, con lo cual pueden estar promoviendo que éstos traten mal a otros”, indica Chaux al hacer referencia a cualquier región del país.
Además, precisa este especialista del Harvard Graduate School of Education (Estados Unidos), que el fenómeno del bullying en Colombia mantiene un promedio cercano al de Latinoamérica, la región con los índices más elevados de abuso escolar en el mundo.
“Las cifras que manejamos en Colombia son más altas que los promedios
mundiales, son relativamente cercanas a los promedios latinoamericanos, que a
su vez son los más altos en comparación con las demás zonas del mundo”,
concluye Enrique.
EN
EL BACHILLERATO EL ABUSO ES MAYOR
En el más reciente estudio de la Universidad de los Andes, donde se evaluó la
respuesta de cerca de 55 mil estudiantes en 589 municipios del país, en las
Pruebas Saber de los grados quinto y noveno, se encontró que el 29% de los
estudiantes de 5° y el 15% de 9° manifestaban haber sufrido algún tipo de
agresión física o verbal de parte de algún compañero.
Esta disminución, según Chaux, no significa una baja en las cifras de abuso
gracias el paso de los años escolares. En el bachillerato, explica, la agresión
se focaliza e intensifica en unos estudiantes específicos, pero es practicada
por la misma cantidad de victimarios que en la primaria.
Relata el investigador que en las instituciones públicas del país la
intimidación es más personal, de frente al estudiante; mientras que en los
colegios privados, donde más se presenta el fenómeno del bullying, las
agresiones son más frecuentes a través de las redes sociales (cyberbullying o
matoneo virtual).
Mauricio Cabrera, rector del colegio San Bonifacio de las Lanzas, de Ibagué,
cuenta que en su institución se dio, por ejemplo, el caso de un estudiante de
grado séptimo que publicó unos mensajes en Facebook a través del celular de uno
de sus compañeros, en los que decía que éste último era homosexual. Mensajes
que además promovían la intolerancia en contra de la víctima.
Respecto a la situación de su plantel, indica que de acuerdo a un mapa sobre
intimidadores e intimidados, de los 600 estudiantes de grado transición a 11 en
el San Bonifacio, apenas el 0,5 % hacen parte de la población intimidada. Es
decir, que de cada 200 estudiantes uno ha sido agredido.
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