El
acoso escolar o bullying consiste en una conducta reiterada de maltrato
psicológico, verbal o físico, de uno o varios menores hacia un compañero o
compañera del colegio. Es llamado también matoneo porque el victimario busca dejar
expuesta a su víctima física y emocionalmente, por eso los especialistas
aconsejan identificar las señales que permiten identificar si un niño está
siendo víctima del bullying.
“El matoneo escolar va mucho más allá
de un juego de niños, es importante dejar de verlo como un acto propio de la
edad que no significa gran cosa porque sus consecuencias son graves”, afirma
Antonio Vallés, PhD. en Psicología de la Universidad de Alicante (España),
quien asistió como invitado especial al Congreso Colombiano e Iberoamericano de
Neuropsicología, celebrado en días pasados en la ciudad de Bogotá. Continúa
diciendo que “en la víctima hay comportamientos de inhibición de la conducta
como por ejemplo, no querer hablar del colegio, mantener actitudes emocionales
de tristeza, desánimo e incluso de irritabilidad. Esto también puede redundar
en aspectos fisiológicos como alteraciones del sueño, pesadillas, alteraciones
de los hábitos alimenticios, e incluso el suicidio”.
En
Colombia, según la encuesta hecha en 2005 con las pruebas Saber del ICFES, en
cerca de un millón de estudiantes de los grados quinto y noveno de colegios
públicos y privados, el 28% de los estudiantes de quinto dijo haber sido
víctima de matoneo en los meses anteriores, el 21% confesó haberlo ejercido y el
51% haber sido testigo del mismo. En los grados novenos, las víctimas fueron
casi el 14%, los victimarios el 19% y los testigos el 56%.
El
acoso escolar no puede ser visto como un fenómeno transitorio ni subestimarse
ya que se ha convertido en una situación preocupante en el país porque, tarde o
temprano, afecta el sano desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Padres y
madres de familia, docentes y directivas escolares deben aunar esfuerzos para
detectar esta problemática social y aplicar correctivos desde la psicología y
la pedagogía.
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